Como todas las buenas ideas, surgen de un pensamiento simple: ¿Por qué no intentar juntarnos todos los jóvenes navarros que estamos en Madrid? Y de ahí surgió este grupo. Una iniciativa que partió de uno, pasó a otro, de éstos a unos cuantos más, y ya somos varios cientos los navarros de corazón y madrileños de adopción –y también de corazón, cómo no- que formamos parte de este grupo.
Un grupo nacido de la iniciativa civil de unos cuantos jóvenes deseosos de tener un foro donde compartir raíces y buenos recuerdos de la ‘patria chica’. Un foro abierto a todos, con una sencilla pero preciosa condición: el cariño por la tierra Navarra. Porque no hace falta haber nacido al norte de la Ribera para enamorarse de esa tierra. Basta con haberla vivido para echarla de menos cuando se vive a escasos cuatrocientos kilómetros. Y es por esa razón por la que, al juntarse con otros, a uno le parece haber vuelto por unos momentos al viejo Reyno.
No es necesario haber nacido en Navarra;
sólo tener cariño por el Viejo Reyno
Jóvenes, -siempre de corazón, no sólo de edad- con el reto de continuar y complementar la labor de otras agrupaciones que durante siglos han reunido fuera de las fronteras de Navarra a los que un día emigraron de allí.
Y residentes en Madrid, ciudad cosmopolita que siempre acoge y que, en nuestro caso, se ha convertido ya en nuestra casa. Una enorme urbe compuesta de pequeños pedazos de la tierra que cada uno ha querido traer. Eso es lo que nuestro grupo hizo hace tiempo y pretende revindicar con esta inactiva: convertirse en un pequeño trozo de Navarra en Madrid.
Un grupo nacido de la iniciativa civil de unos cuantos jóvenes deseosos de tener un foro donde compartir raíces y buenos recuerdos de la ‘patria chica’. Un foro abierto a todos, con una sencilla pero preciosa condición: el cariño por la tierra Navarra. Porque no hace falta haber nacido al norte de la Ribera para enamorarse de esa tierra. Basta con haberla vivido para echarla de menos cuando se vive a escasos cuatrocientos kilómetros. Y es por esa razón por la que, al juntarse con otros, a uno le parece haber vuelto por unos momentos al viejo Reyno.
No es necesario haber nacido en Navarra;
sólo tener cariño por el Viejo Reyno
Jóvenes, -siempre de corazón, no sólo de edad- con el reto de continuar y complementar la labor de otras agrupaciones que durante siglos han reunido fuera de las fronteras de Navarra a los que un día emigraron de allí.
Y residentes en Madrid, ciudad cosmopolita que siempre acoge y que, en nuestro caso, se ha convertido ya en nuestra casa. Una enorme urbe compuesta de pequeños pedazos de la tierra que cada uno ha querido traer. Eso es lo que nuestro grupo hizo hace tiempo y pretende revindicar con esta inactiva: convertirse en un pequeño trozo de Navarra en Madrid.
NO TE OLVIDES DE DEJARNOS TUS COMENTARIOS
No hay comentarios:
Publicar un comentario